domingo, 8 de noviembre de 2020

BENDICIONES DE LA VIRGEN EN PRADO NUEVO

 ¿SURTEN EL EFECTO DESEADO LAS BENDICIONES DE LA VIRGEN EN PRADO NUEVO, ESCUCHADAS AHORA, DESPUÉS DE VARIOS AÑOS DE HABER SIDO DADAS POR NUESTRA MADRE?

Con esa preocupación, he hecho esta pregunta al Padre Sergio:

- "Padre Sergio: En las grabaciones de los mensajes que se ponen en la Nave, al final, la Virgen da la Bendición. Mi pregunta es: ¿Surte el mismo efecto esa bendición que cuando fue dada en su día?"

El Padre, muy amable, me ha contestado: 

- "La bendición del mensaje tiene el mismo efecto que el día que se puso. De no ser así, solo valdría el momento en que Luz Amparo lo recibía y no cuando se hacía público a los peregrinos." 

Respuesta muy interesante e importante. Un aliciente más para comprender la trascendencia de la Obra de Prado Nuevo. La Palabra Celestial no pasa, permanece en el tiempo. Gracias Padre. Los peregrinos deben conocerlo.

PUES CON ESTA SATISFACCIÓN, SE VA A IR PUBLICANDO ALGUNAS DE LAS BENDICIONES RECIBIDAS EN PRADO NUEVO:

VÍDEO BENDICIÓN DEL 1-4-2006 (FAMILIAS)

http://www.virgendolorosa.net/videos.bendiciones/videos.01.04.06.b.html 

M.S.G.

domingo, 1 de noviembre de 2020

¿ESTARÁ ALGÚN CONOCIDO NUESTRO YA EN EL CIELO?

ESTOY CONVENCIDO QUE ALGÚN FAMILIAR O CONOCIDO ESTÁ YA EN EL CIELO, GOZANDO DE DIOS.

Muchos de los Santos que ya están en el Cielo, seguramente los hemos conocido; son de ese grupo de aquellas personas que convivieron con nosotros, familiares y amigos que vivieron junto a nosotros. Entre ellas, muchas de las que fueron a Prado Nuevo de El Escorial. Se convirtieron y fueron fieles al mensaje de Jesucristo. Luz Amparo las vió en una visión. Así lo vemos en el mensaje del 2-5-1998:

"LUZ AMPARO:

¡Ay, Jesús! ¡Ay! ¡Ay, Dios mío! ¡Ay! También están ahí Aquilina, Rosa... ¡Huy, cuántos de los que venían aquí! ¡Ay! ¡Ay! 

LA VIRGEN:

¡Cuántas gracias he derramado en este lugar, hija mía, y los hombres no quieren reconocer los frutos! 

LUZ AMPARO:

¡Ay! ¡Ay, hijo mío! ¡Ay! ¡Ay! 

LA VIRGEN:

Por eso te digo, hija mía, que quiero que esta Obra sea una empresa de amor; que tu caridad sea perfecta; cuanto más perfecta sea tu caridad, hija mía, más fuerza tiene la oración y más perfecta es la oración.

Cubrid mi cuerpo con un manto amarillo y blanco, hijos míos, bordado de amarillo y el fondo en blanco.

¡Cuántos consuelos han recibido las almas en este lugar, que han venido tristes y afligidos! ¡Cuántos pecadores se han convertido! ¡Cuántos males físicos y morales se han curado en este lugar! Hijos míos, reconoced los frutos. ¿Pero cómo sois tan ciegos que no queréis reconocer el árbol del fruto? 

LUZ AMPARO:

¡Qué felicidad! ¡Ay, Dios mío, todos ahí tan felices y aquí abajo lo mal que se está!"

Podemos y debemos recurrir a ellas, son un gran cauce de intercesión. Y ya sabemos, que, imitándolas, también llegaremos nosotros a estar con ellas.

M.S.G.