¿HAY QUE ATENDER A LA PALABRA DE DIOS?
Para los creyentes no debe haber ninguna duda. A pesar de nuestros olvidos, cuando recapacitamos, volvemos a nuestra Fuente, volvemos a Dios, origen y fin de todo lo creado.
Desgraciadamente nos dejamos influenciar por las corrientes de este mundo y, muchas veces, nos olvidamos de Dios. Pero ese olvido no consiste de dejar sólo de pensar en Él y de rezarle, sino, lo que es peor, que dejamos de atender y cumplir sus mandatos. Estos fueron puestos por Dios para nuestro bien, como camino de salvación.
Desde siempre, Dios ha ido avisando al hombre, para que corrija su comportamiento, para evitar los males en los que inexorablemente va a ir cayendo si no cambia. Ejemplos tenemos en la Biblia. Positivos, al cambiar el hombre (Nínive). Negativos, cuando no quiere cambiar (El Diluvio, Sodoma).
En los últimos tiempos estamos asistiendo a grandes, desastres y catástrofes (revueltas, guerras, terremotos, tornados, tsunamis, etc.). Unos se lamentan, otros rezan, otros piden explicaciones, pero a los que no les ha afectado pronto se olvidan, y lo que es peor, no meditamos, nos creemos autosuficientes para seguir adelante, y seguimos sin corregir nuestras vidas.
Sé que esta situación tiene difícil solución, porque la mayoría de los hombres, salvo excepciones, quieren vivir alejados de Dios, y sólo pueden cambiar si les toca la "china".
En los mensajes de Prado Nuevo, la Virgen dice en uno de ellos: "Quiero que se salve la tercera parte de la humanidad..." (30-4-1983). Con esta frase, ya está haciendo ver lo difícil que será conseguir la salvación de los hombres.
En otros mensajes habla la Virgen y nos avisa de que habrá desastres: 29-1-1983, ("Hija mía, sobre este planeta Tierra se avecina un castigo muy grande, como jamás ha habido en la Humanidad. Grandes nubes de humo, hija mía, y de fuego destruirán lo que los hombres han construido. Grandes terremotos, hija mía; también habrá fuertes huracanes, grandes sequías, hija mía; será horrible."), 1-6-1985 ("Los hombres, con sus crímenes atroces, con sus pecados de impureza, son lavados, hijos míos, de su propio pecado con su propia sangre. Por eso la Justicia de Dios permite, hijos míos, crímenes atroces, grandes tempestades, grandes terremotos, grandes catástrofes sobre la Tierra, porque el pecado de los hombres ha traspasado la bóveda del cielo."), 3-3-1990, ("Grandes calamidades caerán sobre la Tierra; grandes catástrofes destruirán la mayor parte de la Humanidad. ¿De qué le sirve al hombre construir, si lo que el hombre ha construido va a ser derribado por el producto del pecado?"), ETC. ETC.
La misma Virgen nos dice la causa de que Dios permita estas catástrofes: EL PECADO.
Es hora de rezar, de rezar más intensamente, de hacer penitencia. Os invito a que lo hagamos. Por Japón y sus habitantes, por el mundo entero, que todos estamos en peligro. Rezad, sí, rezad el Santo Rosario, que como la oración lo puede todo, es posible conseguir el perdón y de esta manera alcanzar lo que consiguió Jonás: la conversión de Nínive, librándola de la destrucción.
Y NO OLVIDEIS QUE LA PALABRA DE DIOS SIEMPRE SE CUMPLE.
