sábado, 24 de enero de 2009

SENTENCIA S. SOCIAL


Hoy el enemigo estará contento, aunque la sentencia no es firme. Quieren obligar a las Reparadoras a cotizar a la Seguridad Social.

He realizado una consulta a personas entendidas en asuntos laborales y os expongo el resultado.
Como ya sabéis las Reparadoras forman parte de la Asociación Pública de Fieles Reparadores de Ntra. Señora la Virgen de los Dolores, aprobada por la Iglesia, como personas consagradas, entregadas a las obras de caridad, sin obtener ningún ingreso por su dedicación a los ancianos. Lo hacen por amor.
Para que exista la obligación de estar dado de alta a la Seguridad Social y cotizando por ello, es necesario la existencia de una relación laboral entre una empresa, entidad o particular y un empleado o trabajador, y que esta persona obtenga una remuneración. Que exista una contraprestación. Pues bien, aquí eso no se produce, pues las Reparadoras no cobran ningún sueldo. Su dedicación a los ancianos la hacen gratuitamente, sin relación laboral. Es un acto de caridad.
En sus estatutos, aprobados por la Iglesia, dice que las personas que se integren es esa Asociación, no tendrán bienes materiales y la ayuda que realicen a los necesitados será gratuita.
Por consiguiente, no existe ningún requisito de los exigidos, para que puedan ser integradas en la Seguridad Social.
Parece ser que van a recurrir esta sentencia, cosa que se vería con agrado por los peregrinos, pues resultaría paradójico que, llegado el caso improbable de que la sentencia se mantuviera firme, se daría la circunstancia de que las Reparadoras, dedicadas a atender a los ancianos, con admirable entrega, tendrían, a la vez de no percibir ningún salario, satisfacer la parte de la cuota a la Seguridad Social que les correspondiera. Un hecho insólito.

Como recordatorio, viene al caso un fragmento del mensaje del 3.6.1989, que transcribo:
El Señor: "Los hombres se han adelantado a hacer juicios, hija mía, contra mi Obra, y todo el que daña a mi Obra lo pagará. Yo te he dicho, hija mía, como Hijo de Dios vivo, que te ayudaré a esta gran Obra, y pondré personas buenas en tu camino para que todo salga adelante, hija mía.
No quiero que te entristezcan ni la calumnia ni los ultrajes. Ama mucho nuestros Corazones, hija mía; es la misión que te encomiendo. Pero lo que sí aflige el Corazón de mi Madre es que aquellas almas que ha derramado tantas gracias sobre ellas, que se dejen arrastrar por el enemigo y por el engaño, hasta tal punto de destruir mi Obra.
Los hombres no podrán destruir lo que yo he construido, hija mía."

No hay comentarios: