¿QUÉ MODELOS DE FAMILIA NOS ESTÁN
IMPONIENDO?
La familia como comunidad humana, cuerpo social, misterio cristiano y fundamento de la Iglesia y de la sociedad, tiene sobrada importancia para ser examinada a la luz de los tiempos que corremos. La familia tiene unos valores permanentes que hay que salvar. Nuestro modelo debe ser la Sagrada Familia: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ.
Pero el mundo se ha ido haciendo otros modelos diferentes, con el falso pretexto de la libertad, cayendo en las redes del libertinaje, y así aparecen nuevas “uniones”, llamadas “parejas de hecho”, donde han metido a toda clase de “mezcolanzas” ANTINATURA, y lo que es peor de todo, legalizándolas oficialmente.
Estamos incursos en un periodo de seria preocupación por los episodios de muerte violenta entre “parejas” e hijos, suicidios y violaciones entre la juventud, y un etc. interminable, donde cada día se están batiendo récord.
Todo el mundo opina, políticos, sociólogos, tertulianos… buscando soluciones, que puestas en práctica, empeoran la situación, PORQUE VAN BUSCANDO “SALIR DEL PASO”.
Al hombre, teórico artífice de la violencia, se le quiere buscar, cada vez con más insistencia, una condena casi permanente, aislarlo de la sociedad.
Casi nadie se atreve a decir las verdades que originan toda la violencia que se observa. Solo el Papa, con claridad, algunos miembros de la Iglesia, con timidez, piden que se solucione esta barbarie. En el mensaje de El Escorial del 1-9-2001, (https://www.virgendolorosa.net/mensajes.HTML/2001/2001-09-01.htm lo lamentaba el Señor.
Cuando una sociedad permite que se vayan eliminando los valores cristianos de ella y se admita toda clase de ataques a la familia, esa sociedad ENFERMA, y los resultados no pueden ser otros que esto que vivimos.
Se puede pensar, ¿NO SE DAN CUENTA? Pues no, no se dan cuenta, porque se han apartado de la LUZ, quedado ciegos, están en tinieblas, unos han perdido la FUENTE DE LUZ que les ayude a orientarse, y otros nunca la han tenido, que es CRISTO, según nos enseña, Jn.9,40-41) y (Mt.23,16/...).
La mayoría de estos personajes aparentan estar bien por fuera, pero por dentro están llenos de pecado y avaricia, y encima se han convertido en los guías ciegos que dice Jesucristo.
Ante esta situación, los cristianos, ¿qué hacemos? ¿Nos hemos olvidado de las enseñanzas de Cristo?, pues ÉL dijo en su Evangelio: “¡...ENSEÑÁNDOLES A OBSERVAR TODO CUANTO YO OS HE MANDADO!” (Mt.28,20).
Sin esa enseñanza la sociedad irá dando tumbos por la vida sin rumbo y sin encontrar soluciones. Hay que volver a hablar de CRISTO, en todo momento, en toda situación, sin miedo.
Porque por tantas personas inocentes, desorientadas y sin preparación, que no saben salir del pozo, y tantas almas en peligro de condenación, merece la pena el esfuerzo para ayudarles.
¡PUES PIDAMOSLE FUERZAS Y AYUDA A LA SAGRADA FAMILIA PARA LANZARNOS A ESTA TAREA!
M.S.G. - 10-9-25
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