jueves, 16 de octubre de 2025

...QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...

 


...QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...

  • El Señor, para hacernos sentir la majestad de Dios, en la invocación del Padrenuestro, empleó las palabras “que estás en los cielos”, para que miremos a Dios con reverencia, en la plenitud de su grandeza y gloria.

  • En estas palabras notamos un sentimiento de ausencia, de cierta distancia entre Dios y nosotros, cierta ausencia de Dios. Dios mora en los cielos, mientras que nosotros vivimos en la tierra. San Gregorio Niseno alude a cierta relación entre estas palabras “Padrenuestro que estás en los cielos”, y las palabras con que el hijo pródigo se hablaba a sí mismo de la casa paterna. Estamos ausentes de Dios, como estaba ausente el hijo pródigo de su patria y de su hogar.

  • Esta semejanza se hace más estrecha al pensar que el pródigo se había alejado voluntariamente de la casa paterna; pues nosotros, además de estar lejos de Dios, a veces nos alejamos más por nuestros pecados.

  • Cuando así sucede, nos invade el corazón el sentimiento que invadía el corazón del hijo pródigo al acordarse de su padre y de la casa paterna; nos consideramos unos hijos que hemos huído del hogar, que estamos en tierra extraña, lejos de su padre, y hasta, puede ser, que estemos deshonrando el nombre del padre por caminos de perdición.

  • Esto no solo lo sentirán los pecadores, sino las almas santas, porque cuanto más grande sea la santidad de una criatura, tanto más sentirá y llorará la ausencia de Dios.

  • Este sentimiento de ausencia, más o menos profundo, hay en las palabras “que estás en los cielos”. Pero sentirnos ausentes es en nosotros muy distinto del sentimiento de ausencia que tienen los réprobos.

  • Estos, los réprobos, están ausentes de Dios sin esperanza de volver a Él; y nuestra ausencia no es desesperada como la suya, sino llena de esperanza, en cumplimiento de aquellas palabras de San Pablo, cuando dice:

  • “Nuestra ciudadanía está en los Cielos” (Fip.3,20). Podemos hablar de ausencia, porque todavía se interpone entre Dios y el alma el velo tupido de la FE.

  • Hay que considerar y profundizar en esa oración divina, y veremos con qué sencillez va enseñando cuanto necesitemos saber acerca de la oración. Al fin y al cabo es Jesucristo el que enseña aquí, y Él es la verdad divina.

  • Al enseñarnos a orar, no se ha contentado con decirnos cosas rudimentarias, sino que nos ha enseñado todo lo que necesitamos saber a cerca de la oración, todo lo que necesitamos para vivir plenamente la vida de oración.

  • Nos ha enseñado todo. Y llegar a esa plenitud es para nosotros entrar en esa nueva vida, en esa sagrada vida de unión con Dios, que tan olvidada tienen los hombres.

  • Hay que expresar gratitud, porque Dios se digna comunicarse así a nuestra flaqueza, y esperanza de que la vida de oración nos alcance el Cielo.

QUE MI DIOS QUE MORA EN EL CIELO, MI DIOS DE INFINITA MAJESTAD, SE DIGNE CONVERTIR MI CORAZÓN EN TEMPLO SUYO.

AMOR, UNIÓN Y PAZ

(De Lecciones Sacras del Padre Torres, tomo 2)

• M.S.G. 16-10-25 – CONTINUAREMOS CON: “SANTIFICADO SEA TU NOMBRE.”

PADRE NUESTRO...


PADRE NUESTRO...

  • Dice el Padre Torres que en la Religión entra una parte dogmática, una parte moral y, por último, una parte sentimental. Aclara que, los protestantes llegaron a separar el dogma y la moral, y se quedaron sólo con el sentimiento. Por eso, cuando quieren decir lo que es la religión, se limitan a explicar lo que es el sentimiento religioso.

  • Se quedan con una religión mutilada, suprimiendo de ella lo más noble: el dogma y la moral. El dogma y la moral son el tronco y las ramas del árbol frondoso de la religión; pero el sentimiento es savia que lo hace reverdecer y llenarse de flores. Entre todos los sentimientos ocupa lugar preeminente el de la piedad.

  • ¿Pero qué es el sentimiento de la piedad? Es difícil expresar el sentimiento del corazón, hasta tal punto que en ocasiones no tenemos para expresar el sentimiento otro lenguaje que un silencio profundo, por lo cual vamos a usar la analogía.

  • Nosotros tenemos un corazón que sabe amar: amará el bien o el mal, amará ordenada o desordenadamente; pero sabe amar. Entre los amores que siente nuestro corazón hay uno que llamamos filial, cuyos caracteres lo distingue de todo otro amor.

  • Si queremos condensar todos los sentimientos de ese amor en una sola palabra, nos valemos de la palabra piedad. Piedad significa de un modo muy condensado el conjunto de relaciones sentimentales que hay entre el corazón de un hijo y el corazón de un padre.

  • Ahora bien, como hay una piedad para con los padres, también la hay, y con más razón, para con Dios.

  • Sabemos por la Revelación que somos hijos de Dios, y apoyándonos en esa verdad, transportamos a Dios del modo conveniente todo ese conjunto de afectos que hacia nuestros padres llevamos en el corazón, y así, de la piedad humana, nos elevamos al conocimiento de la divina.

  • Este sentimiento de la piedad es tan admirable que, cuando entra en un corazón, se puede decir que entra en él la plenitud de la vida religiosa. Según San Pablo, Dios es tan realmente nuestro Padre, que es la fuente de donde mana toda otra paternidad. (Ef.3,14-16)

  • Jesús, que solía comenzar sus oraciones invocando el nombre de su Padre, quiere que en las nuestras hagamos lo mismo, para que el sentimiento de nuestra piedad sea el alma de nuestra oración; quiere que hablemos con Dios como hijos con su padre.

  • Pero siendo consecuentes, porque ¿qué amor de hijos pondríamos en nuestras palabras si, llamamos a Dios Padre con los labios si mancilláramos su gloria con nuestras obras? Mereceríamos que Dios nos dijera: “Si soy vuestro Padre, ¿dónde está la honra que me corresponde? (Mal. 1,6)

  • Cuando Jesús habla con los discípulos, dice: “Mi Padre y vuestro Padre”, para indicar que Él es hijo por naturaleza y nosotros por adopción. Cuando decimos “Padre nuestro”, no confesamos únicamente que los hombres somos hermanos, sino que expresamos un hondo sentimiento de caridad. Una fase del amor que une los cielos y la tierra.

AMOR, UNIÓN Y PAZ

(De Lecciones Sacras del Padre Torres, tomo 2)

  • M.S.G. 12-10-25 – CONTINUAREMOS CON: “QUE ESTÁS EN LOS CIELOS”

 

EL PADRENUESTRO, DESGLOSADO

 


EL PADRENUESTRO

VAMOS HA COMENTAR LA ORACIÓN QUE JESUCRISTO ENSEÑÓ A LOS APÓSTOLES, DESGRANÁNDOLA EN PARTES.

INTRODUCCIÓN:

  • Nos dice Jesús: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los Cielos: Santificado sea tu Nombre...” (Mt.6,9)

  • El Padre Torres dice que nuestra vida pasa por las vicisitudes más diversas y opuestas, que irán tejiendo la tela sutil de nuestra vida interior. Pues bien, dice que si repetimos en todas esas circunstancias la oración del Padrenuestro, podemos observar que en él encontramos lo que en aquel momento necesitemos.

  • Lo encontraréis inagotable. Los Santos Padres llamaron al Padrenuestro “Breviarium Evangelii” (Evangelio abreviado), para enseñarnos que todo el Evangelio estaba condensado en esta divina oración.

  • Cuando existía el catecumenado, cuando se bautizaban adultos en gran número y tenían que ser preparados para su entrada en la Iglesia, había un momento que llamaban la entrega del símbolo.

  • Era el momento en que se daba a los neófitos el símbolo de la Fe (el Credo). En ese mismo tiempo se entregaba el Padrenuestro, como la última joya con que tenían que adornar el alma los que iban a recibir el bautismo.

  • Decían los Padres que no se entregaba antes porque la oración del Padrenuestro era oración de hijos, y no somos hijos de Dios sino por medio del bautismo.

  • Si Dios os descubre los misterios de su amor, por profundos que sean, buscadlos después en el Padrenuestro y los encontraréis.

  • M.S.G. 9-10-25 – CONTINUAREMOS CON LA PRIMERA PARTE: “PADRE NUESTRO”

miércoles, 15 de octubre de 2025

INICIO DEL CURSO 2025-2026 - EVANGELIO DE SAN JUAN.- 13-10-25

 



13-10-25 - 29ª SESIÓN DEL CURSO 2025/2026:

https://youtu.be/VXCOeIZ9PaE 

INAUGURACIÓN DEL CURSO SOBRE EL EVANGELIO DE SAN JUAN

ENSEÑANZA GRATUITA TODOS LOS LUNES.

Del 13 de Octubre al 8 de Junio.

Desde las 7 de la tarde. (6:15 Misa)

LUGAR: C/ Sagasta 28 2º.

(Metro Alonso Martínez).

Más Información: 660 171 585 – 660 919 765

PÁGINA:  https://www.fecatolica.es

M.S.G.