LOS NOVÍSIMOS
LOS NOVÍSIMOS: MUERTE, JUICIO, INFIERNO Y GLORIA (2)
12-1-21
No sabe que cuando veamos a Dios, el hombre tendrá ante sí la Verdad, la Belleza y la Bondad Infinita, de modo que solo entonces no necesitará ni deseará jamás otra cosa.
Por fin habrá colmado su anhelo definitivamente, ese anhelo que le hace pensar en una búsqueda continua, que no acaba, pues tiende al infinito.
SAN AGUSTIN: "Nos has hecho Señor para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti." Y no será posible el aburrimiento, dado que este solo se da cuando el objeto de nuestro disfrute es limitado, porque llega el momento en que no hay secretos ni sorpresas.
Con Dios, Verdad y Belleza Infinitas, el hombre tendrá la sensación de una plenitud infinita, pero siempre nueva, pues no podrá acabar nunca con su disfrute por lo infinito de Dios.
NOTA: Había un monje de Navarra que pensaba que el Cielo era aburrido.
Paseando por los alrededores del Convento vió una cascada de agua y oyó cantar
a un pajarillo. Se estaba tan bien allí que se quedó dormido. Cuando despertó
volvió al Convento y no le conocían. Como insistía que había salido a pasear
hacía poco tiempo y dió su nombre, buscaron en los libros de la Abadía y
encontraron que efectivamente hacía 300 años hubo allí un fraile de tal nombre.
Entonces comprendió lo que es el Cielo. (Padre Sayes).
El cristiano tiene que soñar en el Cielo porque sabe que es la felicidad auténtica para la cual hemos sido hechos. Se debe meditar en él, deseándolo profundamente, preparándose para el día a día, luchando contra el pecado, que es lo único que nos privará de alcanzarlo.
EL PURGATORIO. Decía Benedicto XVI que si no existiera el purgatorio,
había que inventarlo, porque hay pocas cosas tan espontáneas, tan humanas, tan
universalmente extendidas, en todo tiempo y en todas culturas, como la oración
por los propios allegados difuntos.
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