CONCORDANCIAS MENSAJES PRADO NUEVO - EVANGELIO
LAS MORADAS
Abordar esta labor me llena de satisfacción, pues soy consciente de que recibo mucho más que entrego por el trabajo y tiempo empleados. Tenemos un tesoro en los mensajes que no terminamos de valorar del todo, pues leyendolos se comprueba la riqueza de doctrina que encierran y llegas a dudar qué frases elegir para buscar las concordancias con el Evangelio. ¡SON TANTAS!
Hoy me voy a referir a “LAS MORADAS”.
Santa Teresa nos apunta en su libro con este título las delicias de las almas cuando transitan por sus siete Moradas. Son primicias de las celestiales.
Cuando Jesús quiere consolar a sus discípulos, porque se aproxima “Su Hora”, les dice: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo diría, porque voy a prepararos el lugar. Cuando Yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomaré conmigo, para que donde Yo estoy estéis también vosotros. (Jn.14,2/3)
Lucas nos cuenta cómo se consigue este lugar en la parábola del administrador infiel: “Con las riquezas de este mundo, haceos amigos, (limosma a pobres) para que, cuando éstas falten, os reciban en las eternas moradas” (Lc. 16,9)
Tambien San Pablo en la 2 carta a los Corintios se refiere a la casa de poca consistencia destinada a ser destruida después de algún tiempo, para dejar lugar a otra “casa” mucho más sólida y duradera y nos dice que “gemimos en esta nuestra tienda, anhelando sobrevestirnos de aquella nuestra habitación celestial, supuesto que seamos hallados vestidos, no desnudos” (2Cor.5,2/3)
Con la exposición de estos ejemplos podemos intuir algunas pistas: Que hay varias clases de moradas, que para conseguirlas tienes que practicar la caridad y que debes estar preparado “vestido”.
Veamos qué nos dice los mensajes.
Hay uno que nos debe llenar de alegría a los “virginianos”. El mensaje del 1-2-1992, El Señor nos dice: “Todos aquéllos que ayudéis a mi Obra seréis recompensados y estaréis muy cerca de la morada de mi Padre, y os recordaré las palabras del Evangelio donde dice: “Tuve hambre y me disteis de comer, sed y me disteis de beber, desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis”. Os recordaré aquellas palabras, hijos míos.”
En el mensaje del 2-6-1990, es la Virgen la que hace ver a Luz Amparo varias moradas que la Virgen las llama “los siete paraísos de la luz”. Le va mostrando moradas hasta que llega a “la morada universal del Padre; aquí mora el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Santo Infinito”, afirmando la Virgen que “aquí, hija mía, llegan pocos, sólo unos pocos bienaventurados.”
Lo que no cabe duda es que hay diferentes clases de moradas, que estarán destinas a las almas según el grado de perfección que adquieran, lo que podemos deducir en el mensaje del 15-8-1984 por la frase que la Virgen dice a Luz Amparo: “Aunque los humanos sean crueles, tú tienes que estar con ellos hasta que nuestros Corazones te abran la puerta para la morada que te corresponde, hija mía.”
Los peregrinos que estaban en Prado Nuevo el 2-2-1985, pudimos ver los colores de las moradas. Así lo manifestó la Virgen: “Mirad el Sol... (Largo silencio mientras los asistentes observan el milagro del Sol). Hija mía, aun viendo, ¡cuántas almas ingratas!; aun viendo, hija mía, no creerán. ¡Pobres almas, hija mía! Mirad, hijos míos, qué maravillas vienen del Universo, hija mía, los colores de las moradas, hija mía.”
A.G.B. (FE CATÓLICA)
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