RESURRECCIÓN.1
Acabamos de celebrar la Resurrección del Señor.
Hoy es un día propicio para hablar de estos acontecimientos, y así lo vamos a hacer.
Repasemos un poco la historia:
Primero, conviene recordar, la caída de nuestros primeros padres.
Por su desobediencia, al pecar, perdieron los dones preternaturales que tenían:
No sufrían ni padecían.
No iban a morir.
Estaban disfrutando en un Paraíso.
Pero el pecado de desobediencia, lo cometieron con un Ser Infinito, y para reparar ese mal, para restablecer la amistad con Dios, otro hombre tenía que pagar la ofensa.
Pero ningún hombre, por ser finito y por sí solo, podía ofrecer un sacrificio suficiente, pues no sería un sacrificio infinito.
Y en estas circunstancias:
De estar el hombre bajo el dominio del pecado, después de la trasgresión de Adán, Dios prometió un Salvador en el Proto-Evangelio. (Gen.3,15)
Y al llegar la plenitud de los tiempos, sucede algo trascendente,
¡LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS!
Dios envía a su propio Hijo, nacido de mujer, en carne igual que la nuestra, pero no dominada por el pecado.
Y así:
Como hombre, al obedecer, con su entrega y sacrificio, nos compró para Dios, con su sangre.
Reparó el pecado de Adán.
Y como Dios, ofreció al Padre, reparación Infinita.
(SEGUIRÁ)
M.S.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario