viernes, 4 de diciembre de 2020

 BELÉN


ADVIENTO TIEMPO DE ESPERANZA 2020

3ª ENTREGA

(3-12-20)

SEGUIMOS CONTEMPLANDO EL ADVIENTO

Dios podía haberse encarnado de una forma mucho más espectacular, al fin y al cabo es Todopoderoso, pero decidió hacerse hombre desde el principio, naciendo de una mujer, María, hasta el final de la vida humana que es la muerte, pasando por todos los sufrimientos posibles en el hombre, tanto físicos como morales.

Así se despojó de su rango, no haciendo alarde de su categoría de Dios. (Flp.2,6-11)

¿Cuántas veces Jesucristo habla de los humildes y los pequeños en el Evangelio?

(Mt.18,6)

“A cualquiera que haga caer en pecado a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría ser arrojado al fondo del mar con una piedra de molino atada al cuello”

(Mt.19,14)

Entonces Jesús dijo: –“Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.”

En este Niño tenemos nuestro más perfecto modelo para pedir en este tiempo a Dios nuestro Padre la gracia de hacernos también pequeños, y humildes, para que con esa preciosa y escasa virtud comencemos a construir en nuestro entorno el Reino de Dios que Jesús viene a traernos.

Dios viene cada Navidad a nuestra vida, y esta venida es gratis como todo lo que se hace por amor.

Tenemos que gritarlo a los cuatro vientos sin acobardarnos y no olvidemos que la Palabra de Dios es la que actúa, nosotros somos meros instrumentos inútiles.

“Buscad a Yahvé mientras pueda ser hallado; llamadlo en tanto que está cerca, deje el impío sus caminos, y el malvado sus pensamientos, y vuélvase a Yahvé que tendrá de él misericordia; a nuestro Dios que es rico en perdones. Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni mis caminos son vuestros caminos, dice Yahvé. Cuantos son los cielos más altos que la tierra, tanto están mis caminos por encima de los vuestros, y por encima de los vuestros mis pensamientos. Como baja la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelve allá sin haber empapado y fecundado la tierra y haberla hecho germinar, dando la simiente para sembrar y el pan para comer, así la palabra que sale de mi boca no vuelve a Mí vacía, sino que hace lo que Yo quiere y cumple su misión”(Is 55,6-11)

No dejemos de predicar la Palabra de Dios en todas las ocasiones que se nos presenten, pues Dios está deseándolo, no ha retirado su mano de nosotros como nos dice Isaías.

“He aquí que no se ha acortado la mano de yahvé para salvar, ni se ha hecho duro su oído para oír, sino que vuestras iniquidades han hecho una separación entre vosotros y vuestro Dios; Vuestros pecados hacen que Él oculte su rostro para no oíros” (Is 59,1-2).

Y a veces parece que como que tenga que mendigar nuestra amistad, diciéndonos, que siempre está buscándonos pero que somos nosotros los que no le buscamos a Él.

“Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo. (Ap 3,20)

Por eso el Papa Francisco nos pide que recurramos a ÉL en todo momento:

“Ven, Señor Jesús, esta invocación podemos decirla al principio de cada día y repetirla a menudo, antes de las reuniones, del estudio, del trabajo y de las decisiones que debemos tomar, en los momentos importantes y en los difíciles: Ven, Señor Jesús”

Hemos titulado esta charla “Adviento tiempo de Esperanza”, una Esperanza que nos ayuda a mirar el futuro con ojos nuevos.

La Esperanza para un cristiano es la certeza de que Dios está entre nosotros, y si Dios está a mi lado todo es posible.

Es verdad que vivimos en un mundo triste y desesperanzado, un mundo que mira el futuro con miedo, hoy se teme:

La pandemia

La violencia

El terrorismo

El paro

La droga.

Si antes había una crisis de futuro, ahora se ha acuciado. Ante esta situación, sorprende la actitud de muchos, pensando que lo mejor es dedicarse a gozar y disfrutar del presente, no les frena ni la amenaza de plagas y castigos.

En medio de este panorama nos podríamos preguntar

¿Para que me sirve el Adviento?.

Ya hemos dicho en el titulo, Adviento tiempo de Esperanza, como solución a tanta desesperanza.

El Adviento es la certeza y la seguridad de la irrupción de Dios en lo humano y esa es la Esperanza.

Con Dios a mi lado es posible mirar y ver el mundo con una perspectiva nueva.

Dios viene a la tierra y esto significa que debemos mirar el futuro con ojos nuevos para descubrir que este futuro no es algo que va a ocurrir sino ALGUIEN QUE NOS AMA.

(SEGUIRÁ)

 M.S.G.

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