miércoles, 1 de mayo de 2019

LOS NOVÍSIMOS:  MUERTE, JUICIO, INFIERNO Y GLORIA.
Los Novísimos son la parte de la teología que trata de lo que sucede después 
de la muerte. Vamos a comentarlos. 
VIDA ETERNA: Es la vida que Dios nos comunica en este mundo por medio de 
la gracia y que se consuma en el Cielo.
Este término comprende (abarca) lo que Dios ha pensado para nosotros, 
Dios no ha creado desde el principio una alternativa de castigo, Dios no 
ha creado otra cosa que el Cielo, que inauguró con la Resurrección 
de su Hijo.
De modo que el infierno es creación del maligno y de los que voluntariamente
 no quieren dejarse salvar y perdonar por Dios. Dios no ha pensado para 
nosotros sino la Vida Eterna.
Esa Vida (la Eterna),  comienza para nosotros en el momento de la muerte y
 después de ella, inmediatamente, comienza la retribución
(Catecismo 1.021).(Hebr.9.27) y (Vaticano II)
La Sagrada Escritura pone en la muerte la linea divisoria en la que  comienza 
la retribudión del justo y del impío, sin que quepan opciones  ulteriores.
(Mt.25,34-46.) Habla del juicio final haciendo relación a lo que se ha obrado 
en la tierra. (tuve hambre y me disteis de comer,etc.)
San Pablo dice que todos hemos de presentarnos ante el tribuna], de  Cristo 
para que cada cual reciba según las cosas que hizo mediante el  cuerpo, 
buenas o malas.(2Cort.5,1O.)
Esto índica que el juicio particular en el que el alma teniendo en frente a Dios, 
se hace perfectamente consciente de su bondad o de su  maldad.  
(Catecismo 1.022.)
Como vemos según la Revelación cristiana, no cabe una opción después de 
la muerte. Dice Santo Tomás que el alma separada del cuerpo no puede 
cambiar una opción tomada en el momento de la muerte, estando todavía 
unida al cuerpo.
El Cielo cristiano lo inauguró Cristo el día de su Resurrección, su descenso
 a los infiernos no es sino la consumación de su muerte y el anuncio a los
 justos del Antiguo Testamento de su victoria, para conducirles a su
 triunfo definitivo sobre la muerte.
Según San Juan, la vida eterna comienza ya aquí por la vida de la gracia
Dios nos ha dado a su Hijo para que tengamos vida Eterna, vida que se 
consuma en el más allá. (Jn,6,40)
Dice el Catecismo que los que mueren en gracia y en amistad con Dios y 
están perfectamente purificados, viven para siempre con Cristo, son  para
 siempre semejantes  a Dios porque le ven tal cual es, cara a cara. 
(Jn. 3,2) y (1Cort.13,12)
San Pablo dice que vivir en el Cielo es estar con Cristo.(Filp.1,23)
 (Catecismo 1.024)
Hoy en día se habla poco del Cielo y se predica poco de él, debido quizás 
 a complejos infundados promovidos por la parte de la sociedad no 
practicante, con  determinaciones como la de que la religión hay que 
vivirla en el ámbito privado. Ocurre además que el hombre de hoy está 
entregado a sus tareas y disfrute del mundo de tal modo que, al oir hablar
 del Cielo, pone cara de resignación y de pena.(SEGUIRÁ)

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