viernes, 3 de mayo de 2019

LOS NOVÍSIMOS:  MUERTE, JUICIO, INFIERNO Y GLORIA(3)
El Purgatorio no se puede entender como castigo, sino desde la perspectiva de
una imprescindible purificación de nuestro ser y la plenitud de santidad 
que requiere el encuentro con Dios.(1Cort.3.12 al 15.) "Se salvará aunque así 
como a traves del fuego",
"Nada profano entrará en el cielo (Ap. 21,27)
"Solo los puros verán a Dios (Mat.5.48.)
Hay un texto precioso de San Agustín: "No puede negarse que las almas de los 
difuntos son aliviadas por la piedad de los suyos que viven, cuando por ellos 
se ofrece el sacrificio del mediador, o hacen limosnas en la Iglesia.
Pero estas cosas aprovechan a aquellos que, cuando vivian merecieron que 
despues pudieran aprovecharlas, porque hay un modo de vivir ni tan bueno 
que no necesite estas cosas despues de la muerte, ni tan malo que no le 
aprovechen estas cosas despues de la muerte.
Pero hay tambien tal modo de vivir en el bueno que no necesite estas cosas
 y hay tambien tal modo de vivir en el malo que no se le puede  ayudar ni 
con estas cosas, cuando pasan de esta vida.
Pablo VI, en el Credo del pueblo de Dios: "Creemos que las almas de aquellos
 que mueren en la gracia de Cristo, sean aquellas que todavia han de ser 
purificadas por el fuego del purgatorio, sean aquellas que separadas del cuerpo
 son recibidas, como el buen ladrón, por Jesús en el paraiso, constituyen el 
pueblo de Dios despues de la muerte, la cual será totalmente destruida el
 dia de la resurrección, en el cual las almas se unirán con sus cuerpos.
  (Catecismo 1.030.)
Todo pecado, aunque estemos arrepentidos de él, deja en el alma una  huella,
 un desequilibrio interior, un apego a las cosas de este mundo que es preciso
 restañar.
Esto es justamente, el purgatorio, la oportunidad de reconvertir toda nuestra
 persona antes del encuentro con Dios. No podernos entender el  purgatorio
 como un infierno en pequeño o como un castigo de Dios. El  purgatorio no
 tiene nada que ver con el infierno, es más bien el dolor que nace de la 
conciencia del retraso del pleno encuentro con Dios.
EL INFIERNO:
Deciamos al principio que Dios ha creado el Cielo, e inaugurado con la 
resurrección de su Hijo , esto es lo que ha creado Dios.  El infierno no lo 
ha creado Dios.
Es preciso eliminar la idea de que Dios ha creado el infierno, no es verdad
lo único que Dios ha querido para el hombre, lo único que ha creado El ha 
sido el Cielo, pues su plan ha sido un plan de salvación.
E]. infierno no es creación de Dios.
La Voluntad Divina respecto al infierno es la misma que su Voluntad respecto 
al pecado, Dios no lo quiso. Es evidente que Dios no  puede crear ni querer 
el pecado, entonces no se ve como puede crear o querer el infierno.
(SEGUIRÁ)

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